Friday, May 2, 2025

Autobiografía

Mis primeros recuerdos son con aproximadamente 4 o 5 años. Siempre hacía lo mismo: agarraba la computadora de mis padres, abría YouTube, y reproducía “Arde la Ciudad” y “Calavera” de La Mancha de Rolando. Siempre esas canciones, siempre en ese orden, siempre el video oficial. Fueron las primeras que me mostró mi papá, al menos que recuerde. Las siguientes, poco tiempo después, fueron varias de León Gieco. Hoy solamente recuerdo una llamada “Hoy Bailaré”. La primera canción que recuerdo acordarme de memoria fue Wavin Flag, la canción del mundial 2010. También aprendí “Se Me Ha Perdido Un Corazón” de Gilda y “Por Qué Te Vas” de Jeanette, aunque con la letra de la hinchada de San Lorenzo, que una alumna de mi papá la transcribió y me la regaló. 
Toda la música que escuchaba en ese tiempo me llegaba a través de mis viejos. La primera vez que llegué a una canción que me guste por iniciativa propia fue en 2014. Ese año estaba de moda una canción llamada “Adrenalina”. Un reggaeton. Esa canción me hizo entrar en el mundo del reggaeton, aunque las letras no fueran para un niño de 10 años. Mi padre me regaló un pendrive, y a través del Ares le fui agregando temas. El pendrive lo usaba en el auto o en una grabadora que me regalaron también. En el 2015, me compré el (hasta ahora) único CD que tuve, del disco “Los Vaqueros: La Trilogía”, de Wisin, un reggaetonero puertorriqueño, autor también de Adrenalina.
Durante un tiempo, lo único que escuchaba era reggaeton. Hasta que eso cambió. A principios de 2017, un amigo me habló de una competencia de batallas de rap que se hacía en el Parque Rivadavia, en nuestro barrio. Otro hecho que cambió mi vida. Me metí en el mundo del Quinto Escalón y, posteriormente, de los raperos surgidos de ahí que empezaban su carrera musical haciendo trap, como Duki o YSY A. A pesar de que me gustaban las batallas de rap, no escuchaba rap propiamente dicho. Eso fue cambiando a partir de 2021, hasta destronar al trap como mi género más escuchado. En 2021 fui a mi primer concierto en el Luna Park, pero en 2023 fue cuando se me convirtió en un hábito. Desde allí pude conocer estadios como el de River, el de Ferro u Obras, y teatros como Niceto, Vorterix o Teatro Flores, entre muchos otros.
También ese año hice una apertura o un regreso a otros géneros, ampliando mi colección de Spotify. Así, por ejemplo, volví a escuchar mucho rock nacional o reggaeton viejo, como también empecé a consumir rap de Estados Unidos y de otros países hispanos. 


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